A dónde vas
Qué te pasa me preguntaba,
ya no hay nada que hacer,
ya no hay un plan,
volaste de mi manos.
Creí que me pertenecías,
espere cada día que lo supieras.
Te deje volar y
abrí la jaula,
pero no volviste
la flama del placer saciante
con tus aguas
desdibujaste
Duerme eternamete
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viernes, 8 de marzo de 2019
Roma
Ingrato roma
Noto el reflejo de tu gesto
en su mirada,
eres feliz,
Una roca golpea mi ojos,
un prolongado sollozo estalla,
tu dicha me agobia
y ahora me revelo contra el amor,
el dolor es mi regazo
La congoja mi consuelo
Por: Sandra Juliana Jaimes Suárez
La dependencia de Molina en la novela El beso de la mujer araña, de Manuel Puig
El beso de la mujer araña es una novela escrita por Manuel Puig y publicada en 1976, que cuenta el día a día de dos presos: Valentín Arregui, revolucionario, y Luis Alberto Molina, homosexual. Este último le cuenta a su compañero una serie de películas que sirven de distracción y que los ayudan a olvidar un poco su realidad. En un inicio la relación entre ellos era un poco distante, pero con el tiempo fue mejorando. Molina empieza a proteger a Valentín y a cuidarlo sobre todo cuando este se enferma a causa de la comida envenenada que le dan en el penal. Molina se apega tanto a su compañero, que hasta hace grandes sacrificios por él. Por esto, tomando como base sus comportamientos se pretende evidenciar que posiblemente este personaje padece de trastorno de la personalidad por dependencia, el cual hace que sus acciones sean motivadas por su deseo de complacer a otras personas para ganar su cariño.
En cuanto al trastorno de la personalidad por dependencia, la psicología explica que este presenta síntomas tan recurrentes en la cotidianidad que pueden pasar desapercibidos. Según la CIE 10 (2010), las personas que la padecen tienen una necesidad excesiva de otras lo que ocasiona un comportamiento de adhesión y temores de separación. Esto hace que se les dificulte expresar su desacuerdo con los demás debido al temor por la pérdida de apoyo o aprobación. Además, van demasiado lejos llevados por su deseo de lograr protección y cariño, hasta el punto de prestarse voluntariamente a realizar acciones con las que no están de acuerdo. También se muestran preocupados de forma no realista por el miedo a que les abandonen, lo que les ocasiona actitudes derrotistas.
Dicho lo anterior, antes de examinar los comportamientos de Luis Alberto Molina y relacionarlos con el trastorno mencionado, vale aclarar que: aunque este sea un personaje de ficción se puede configurar como una persona real, ya que las leyes que gobiernan la conducta humana valen, en general, para la ficción. La sociedad imaginaria es como la real, y los personajes imaginarios son influenciados en sus hábitos y su voluntad se enfrenta con otra, aunque el ser del personaje está hecho con letras, su naturaleza se nos muestra como si fuera real, entonces lo conocemos no por lo que es, sino por lo que hace (Imbert, 1999).
Entonces, respecto al trastorno que nos ocupa, se puede decir que Molina empieza a mostrar los síntomas en su relación con un mesero llamado Gabriel, al que conoció en el restaurante donde este trabajaba, una noche cuando Molina salió a cenar con sus amigos. La atracción que sintió por este lo llevó a forzar una amistad y a idealizarla a tal punto que llegó a imaginarse que podía vivir con él y su madre. Molina pretendía darle lo que le faltara, y así lo expresó:
—No sé… Pero vos no sabés qué lindo para mí era pensar que podía hacer algo por él. Vos sabés todo el día de vidrierista, por divertido que sea, cuando se terminaba el día a veces te viene una sensación de que todo para qué, y que tenés un vacío adentro. Mientras que si podía hacer algo por él era tan lindo… Darle un poco de alegría, ¿no? (...) (Puig, 1976, p.53).
Lo dicho anteriormente por Molina muestra que para él lo más importante era agradar a Gabriel, con quién llenaba sus vacíos emocionales y necesitaba agradarle a este sujeto como sea. Sobre esto, la psicología menciona que los pacientes con este trastorno están siempre motivados a complacer a los demás para lograr un poco de aprecio.
Por otra parte, este no solamente presentaba estas conductas con personas a las que pretendía amorosamente. También necesitaba complacer excesivamente a su madre, quien siempre se había hecho cargo de él. Como lo podemos ver en una charla con Valentín: “(…) trato bien a mi mamá porque es una persona buena que nunca hizo mal a nadie, porque la quiero, porque es buena, y quiero que ella me quiera… (…)” (Puig, 1976, p.132). Molina no quería sentirse solo, y veía en su madre esa compañía. Aunque esto lo llevara a dejar de lado sus anhelos, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por estar a su lado, protegerla y agradarle.
Ahora bien, cuando Molina se encuentra en prisión, la única persona con la que tiene contacto es Valentín, con quien empieza una relación normal entre dos compañeros de celda. Pero con el pasar de los días empiezan a tener una cercanía, sobre todo desde que Valentín enferma a causa del envenenamiento de su comida. Molina lo empieza a atender y a darle su apoyo moral para que se mejore. Para este el vínculo se hizo tan fuerte que hasta su deseo de libertad pasó a un segundo plano, lo único que quería en ese momento era no separarse de Valentín: “—Yo quiero quedarme con vos. Ahora lo único que quiero es quedarme con vos” (Puig, 1976, p.164). Lo anterior hace evidente que la vida de Molina estaba subordinada ahora a la de su compañero.
Debido a esta dependencia por Valentín, Molina también mostraba actitudes derrotistas, las cuales están relacionadas estrechamente con el trastorno mencionado. Como lo presenta la Psicología, los sujetos dependientes pueden presentar pensamientos depresivos y extremistas al sentir en peligro el lazo que los une a su dependiente. Esto se ve claramente reflejado en lo que dice Molina:
—Cada vez que has venido a mi cama… después… quisiera, no despertarme más una vez que me duermo. Claro que me da pena por mamá, que se quedaría sola… pero si fuera por mí, no me querría despertar nunca más. Pero no es una cosa que se me pasa por la cabeza no más, de veras lo único que pido es morirme. (Puig, 1976, p.152).
Lo anterior muestra que Molina no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, pues prefería morir a perder la cercanía que tenía con Valentín. Por esto, cuando este supo que quedaría en libertad no se sintió muy feliz y se lo comentó a su compañero. Valentín le propuso que al quedar excarcelado le ayudara con sus planes revolucionarios. Molina inicialmente se negó por miedo, pero por agradarle, finalmente accedió: “—Entonces voy a hacer todo lo que me digas”. (Puig, 1976, p.171). Lo dicho hasta aquí demuestra que a Molina no le importaba que su vida corra riesgo, solo le interesaba complacer a Valentín. Según la Psicología, esto se da porque los sujetos con este trastorno acceden a tareas que no quieren realizar solo por miedo a perder a la persona de la que dependen.
Después de analizar las conductas mencionadas se puede decir que es posible que Luis Alberto Molina padeciera de trastorno de personalidad por dependencia, debido a que presenta todos sus síntomas. Por lo cual, este accedía a las necesidades de las personas con las que tenía vínculos emocionales para agradarles y sentir un poco de afecto y compañía. Por otra parte, aceptaba realizar encargos con los que no estaba de acuerdo poniendo su opinión en segundo plano. Es de notar que estaba en constante preocupación de ser abandonado, razón por la que se sumía en una gran tristeza que lo hacía ver el lado más negativo de la vida. Molina necesitaba de constantes relaciones para poder encontrarle un sentido a su existencia, lo que en consecuencia provocó que tomara la decisión que lo llevó a la muerte, suceso de gran importancia en la obra.
Referencias bibliográficas
Imbert, E. A. (1999). Teoría y técnica del cuento. Barcelona: Editorial Ariel.
Puig, M. (1976). El beso de la mujer araña. Argentina: Editorial Seix Barral.
World Health Organization. (2000). Guía de bolsillo de la clasificación CIE-10: Madrid: Editorial Médica Panamericana.
La gota salada
La gota salada
Cansada de tomar el puesto secundario
me sumo en la derrota
cual dolor me consume
no me permite reconocer mi esencia.
Mi sombra busca un lugar donde asentarse
y siempre termino en la miseria.
Me voy, me voy, me voy.
de esta agonía lenta,
me quiero difuminar
Caracterización de la Poesía
La
Poesía
Y
qué es lo que vas a decir
voy
a decir solamente algo
y
qué es lo que vas a hacer
voy
a ocultarme en el lenguaje
y
por qué
Tengo
miedo
Alejandra
Pizarnik
Poesía, una palabra de 6 letras que para mí no significaban nada. Una
percepción muy fuerte sobre todo para una estudiante de literatura, amante de
las letras y fiel creyente de que esta es uno de los medios más hermosos que
tiene el ser humano para escapar de la realidad fría, monótona y darle una
nueva visión al mundo. Pero fue así, la poesía representaba para mí una serie
de poemas con un mensaje escondido a descifrar, versos que debía contar,
conceptos que tenía que saber, en general toda una ciencia que necesitaba de
un profundo estudio para poder practicar. En realidad este concepto lo adapté
de mis pocos encuentros con este género, en el colegio, más específicamente y
que me llevaron a lo largo de mi vida a asumir la poesía como esa parte de la
literatura que no podría entender, pero este concepto estaba muy alejado de
la realidad. Por lo anterior en el presente texto, expondré que es la Poesía,
contando como referente a Víctor Hugo, Octavio Paz y a Albert Beguín, quienes
con sus grandes aportes nos dan un acercamiento más real a este género
literario.
La poesía, se puede decir, ha estado presente desde siempre,
especialmente por esa necesidad del hombre de comunicarse con lo divino, con
lo que no se puede ver pero que da de algún modo sentido a su vida. Sobre
esto dice Víctor
Hugo (1827), que en los tiempos primitivos cuando el hombre empieza a despertar en este
nuevo mundo, ante maravillas que lo deslumbran, empieza a acercarse a esa
divinidad a través de himnos y cantos, con una lira que revela a Dios, el
alma y al mismo tiempo lo real de la creación, un triple misterio, una triple idea que abarca
todo cuando la tierra aún está casi desierta. Y aunque el origen de la poesía
es muy difícil de establecer, esta surgió por la necesidad de comunicación y
de expresión del hombre, de explorar ese mundo imaginario y representarlo por
medio de metáforas que muestren con una imagen impactante esa realidad.
Por otra parte al pensar sobre el concepto de poesía, vienen a mi mente
muchas ideas y emociones, especialmente me llama la atención que uno de los
principales logros de esta es explorar toda esa humanidad contenida, todas
esas sensaciones que se despiertan en la experiencia de la vida. En mi experiencia
por ejemplo, una de las definiciones más impactantes que tuve sobre la poesía
y que hizo que cambiara esa percepción adquirida desde mis primeros años como
estudiante y que aun cada vez que la leo logra conmoverme de sobremanera fue
la de Octavio Paz (2015):
La
poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de
cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza;
ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela
este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une.
Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio
muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y
la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia.
Exorcismo, conjuro, magia. (p.3)
Esta definición que nos dice que la poesía no solo son palabras, escritas
buscando dar un mensaje, sino que es un encuentro con toda esa humanidad
muchas veces perdida en los afanes cotidianos, es esa conversación en la que
encuentro un reflejo de esa realidad en la que estoy inmersa pero que a la
vez me permite ser otra persona me permite darme cuenta de lo ínfimo y a la vez excelso de mi
existencia. Toda la poesía está cargada de la verdadera existencia del ser
humano que va más allá de aquello que se pueda medir o contar, y que mejor
que la poesía para mostrar lo que verdaderamente es. Para Octavio Paz (2015)
cada poema es único y en cada uno se encierra de mayor o menor intensidad lo
que es la poesía, por lo cual para entender el verdadero significado de este género
no es necesario solamente acercarse a su historia, a su evolución, a sus
autores o saber cómo está estructurada, la mejor forma de entender la poesía es
remitirnos a ella.
Siempre pensé que debía ser un poco más inteligente para entender este
lenguaje metafórico y los mensajes escondidos que el poeta quería expresar,
siempre me pregunté porque lo hacía de esta manera si habían formas más
sencillas de hacerlo, por lo cual en mi primer clase de Lírica en la
universidad tuve el primer choque con lo que eran mis preconceptos y la
verdadera esencia de la poesía cuando el profesor dijo que esta no hay que
interpretarla hay que sentirla, y que no tiene ningún jeroglífico que
descifrar, el poeta no es un retrasado si quisiera eso lo diría y ya. Todos
estos choques despertaron más mi emoción, esa duda que lo lleva a uno siempre
a lanzarse a cualquier aventura, y el
día en que leí el poema de Pablo
Neruda (1964) La Poesía entendí
aquello que el profesor explicaba pues la poesía es el alma del hombre
representada en letras, es ese suspiro interior que quiere salir pero que
detenemos al final con el pecho. Acá el fragmento que quiero destacar y que
será no solo para mi sino para muchos la definición más acertada de lo que es
la poesía:
y me fui haciendo solo,
descifrando aquella quemadura, y escribí la primera línea vaga, vaga, sin cuerpo, pura tontería, pura sabiduría del que no sabe nada
En ese momento entendí,
que la poesía es para todos, que como dijo mi maestro es una conversación,
con un amigo que no conozco pero que me transporta con sus palabras a lo que
denominaba Beguín (2016) como un tiempo “recién nacido” que me aparta de la
sucesión habitual de los hechos. Es también el medio que tengo por el cual
puedo expresar mis emociones, exaltarla con imágenes, generar a otros las
mismas sensaciones, comunicar mi realidad de una forma diferente.
Al final de toda esta explicación lo que
puedo concluir sobre la poesía es que en su esencia es inexplicable, seria
tratar de definir en un solo concepto y reducir a solo unas pocas palabras
todas las sensaciones que a lo largo de su vida puede experimentar el ser
humano. Esto sería imposible. Para mi finalmente la poesía es todo y nada,
toda la vida y nada de límites en mi existencia, vida y muerte por la cual
trasciende la eternidad, otra dimensión que me permite cambiar la realidad y
expresarla desde mi perspectiva.
|
Referencias bibliográficas
Béguin,
A. (2016).El alma romántica y el sueño. México:
Fondo de cultura económica S.A.
Neruda,
P (1964) La poesía.
Paz,
O. (2015). El arco y la lira. México:
Fondo de Cultura Económica S.A
Víctor
Hugo. (1827). Prefacio de Cromwell.
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